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miércoles, 28 de diciembre de 2011

11- Fortalecimiento

Fortalecimiento
Otro mes… no puedo creer que ya pasó otro mes, otro mes desde que me fui de casa, otro mes de conocer a Diego y ya llevo un mes de conocer a Cloe y Facundo.
Las cosas están mejor que nunca, nuestras vidas se habían vuelto una rutina, los tres me enseñan para no atrasarme con mis estudios, Diego me enseña historia, geografía, física y química; Cloe me enseña literatura, matemáticas y biología y Facundo me enseña dibujo e idioma español, por adelantado me enseña filosofía y astronomía y como extra me enseña ciencias políticas.
También estoy aprendiendo inglés, francés, italiano y portugués y a tocar piano y violín.
Para tratar de que las cosas sean lo más parecidas posible a los estudios normales también tengo educación física aunque a veces es un poco molesto levantarme temprano, ellos hacen que todo sea divertido.
Mañana me toca cumplir la promesa con mis padres, aunque Diego y Cloe quieren estar presentes esta vez para apoyarme por si acaso las cosas no salen tan bien como el mes pasado.
Este mes también descubrí otra virtud de la sangre animal: dura un mes en el organismo, por lo que Facundo sólo sale de caza una vez al mes mientras que Cloe tiene que ir de caza cada semana, tratamos de convencerla de pasar al lado animal, pero ella sigue estando en contra.
Recuerdo la última vez que se lo planteamos:
-         Cloe, sólo queremos lo mejor para ti- le dije.
-         Arianna, llevo alimentándome de esta manera desde que nací, ahora no quiero cambiar- dijo testaruda.
Eso fue la semana pasada, después no volvimos a hablar de ese tema. Ya son las 13:00pm, hora de entrenar mi don.
Hasta ahora mi entrenamiento ha sido en vano, no he logrado avanzar, he tenido visiones pero han sido sobre el clima y detalles mínimos y las del pasado han sido más complicadas, aún no he logrado tener otra visión desde la mesa del jardín.
Hoy me toca entrenar con Facundo, por ahora sólo hemos probado con que me concentre pero nada ha pasado.
-         Hoy vamos a tratar algo diferente- anunció Facundo- Tal vez te resulte un poco complicado.
-         Dime...
-         Tienes que recordar qué emociones sentiste cuando tuviste las visiones- explicó.
-         Oh, lo recuerdo perfectamente, estaba abrumada, sensible tenía una mezcla de todo tipo de emociones- le expliqué.
-         Mm, interesante- dijo pensativo- Parece que cuando te abrumas tienes visiones, no es cuestión de concentración, sino todo lo contrario, tienes que estar totalmente desconcentrada, con la mente en blanco- dedujo.
-         ¿Cómo logramos eso?- pregunté confundida.
-         Para eso necesitamos ayuda- comentó y sonrió- Diego ¡¿Puedes venir?!
-         Aquí estoy- dijo Diego detrás de mí.
-         ¿Escuchaste mi deducción?- preguntó Facundo.
-         Si, concuerdo contigo, ¿Para qué me necesitas?- preguntó.
-         Tengo que sentirme abrumada- le expliqué antes de que Facundo lo hiciera.
-         Entiendo...- dijo y se dirigió directo a mi, tomó mi mano derecha y con su otra mano me tomó por la cintura acercándome hacia él y me implantó un beso que solamente permitió que mi cerebro pudiera hacer fue tomarlo por el cuello con mi mano libre para acercarlo totalmente a mí.
-         Arianna escucha mi voz- decía Facundo casi en susurro- Piensa en nosotros cuatro, pero no te concentres... sólo piensa...
El método funcionó, otra visión se asomaba, estaba borrosa, nos veía a nosotros cuatro en mi antiguo liceo, pero estaba borroso, en realidad Cloe estaba borrosa, pude ver que yo ya estaba convertida -¿Volveré estando convertida? Es imposible- Diego, Facundo y yo estamos sólidos como roca pero Cloe aparecía y desaparecía ¿Qué significaba?
Diego nos separó para que yo pudiera respirar.
-         ¿Funcionó?- preguntó Facundo ansioso.
-         Si, funcionó- dije y sonreí feliz- Funcionó a la perfección aunque la visión era borrosa o cambiante- expliqué- Éramos los cuatro en mi antiguo liceo, pero había otra imagen en la que Cloe no está, ella en la visión aparece y desaparece, nosotros tres estamos fijos, ella no. Facundo y Diego intercambiaron una mirada, Facundo tenía una expresión que decía: “Te lo dije”.
-         No te dejaré- dijo Cloe firme al lado de Facundo- Eres mi mejor amiga, no te dejaré.
Al escuchar eso la visión volvió, era la misma, sólo que ésta vez Cloe está tan firme como Facundo, Diego y yo.
-         Lo sé, lo acabo de ver- dije feliz y la abracé.
-         Ven conmigo, es hora de que sepas mi historia- dijo llevándome adentro.
-         ¿De verdad?- pregunté sorprendida.
-         Si, no te la he contado antes porque es un tanto complicada y muy privada- explicó con un tanto de timidez- Pero confío en tí, por eso te la contaré.
-         Gracias por confiar en mí, prometo que no te defraudaré- le prometí.
-         Gracias
Nos encerramos en mi cuarto, ambas sentadas sobre mi cama. Cloe esperó unos segundos callada.
-         Listo, se fueron- dijo- Mi historia es complicada, como verás yo fui convertida a los diecisiete años... Diego no lo sabe pero fue Julieta la que me convirtió, yo estaba enferma, aunque jamás le dije a mis padres. Conocí a Diego y Julieta en Verona, Italia, con Julieta éramos compañeras de clase en el colegio de señoritas, con el tiempo nos hicimos grandes amigas, incluso ella y Diego se hacían pasar por mis padres cuando iba a las consultas médicas ya que mis padres viajaban mucho, el médico descubrió porqué a mi edad no me llegaba el período, yo estaba enferma, mi enfermedad que sinceramente ya no me acuerdo del nombre era un retraso en el desarrollo del útero, lo que significaba que yo a los diecisiete tenía el útero de una niña de diez años. El período me llegaría entre los veintidós y veinticinco años, lo cual estaba muy mal.
>> Yo estaba aterrada, Julieta me apoyó en todo momento pero me dí cuenta que estaba tan asustada como yo, Diego no sabía nada, en realidad sabía que estaba enferma pero no sabía que tenía ya que sólo Julieta me acompañaba a las consultas con el ginecólogo al ser un asunto privado.
>> Recuerdo perfectamente cuando me convirtió, Diego había ido de caza y Julieta y yo estábamos en su casa ya que mis padres estaban de viaje y me daba miedo quedarme sola por lo que me quedé con ella. La charla que tuvimos esa noche fue la más importante de toda mi existencia.
>> - Amiga tengo algo que decirte- le dije muy seria a mitad de nuestra privada pijamada- Sé lo que eres- le confesé y Julieta quedó petrificada- Sé que tú y Diego son vampiros.
>> - ¿Cómo lo sabes?- preguntó Julieta sin siquiera negarlo.
>> -  Los escuché hace un mes a ti y Diego hablar sobre eso y comencé a investigar- le expliqué.
>> - ¿Qué harás?- preguntó Julieta preocupada y por un momento pensé que también me miraba con desconfianza, pero, en realidad, ella estaba enojada consigo misma, tenía miedo de que por no negar las cosas yo los delatara, se sentía una tonta, eso me dolió, pues yo jamás haría algo que la lastimara a ella o a Diego.
>> - Tú y Diego son lo más importante que tengo, por supuesto que no diré nada, no te preocupes amiga- ambas sonreímos y a Julieta se le borró de su cara todo atisbo de miedo que pudiera percibir- Pero necesito un favor.
>> - Dime, lo que sea te lo daré- prometió.
>> - Julieta... Quiero que me conviertas- pedí y ella profanó un aullido de sorpresa.
>> - No, no lo haré, eres mi mejor amiga, no puedo quitarte tu alma, no me pidas que lo haga- rogó.
>> - Por favor, me siento muerta por dentro, soy un fenómeno, por favor, jamás podré tener una vida normal- le rogué literalmente de rodillas- No seré un estorbo, apenas desarrolle control te dejaré sola con Diego y me iré.
>> - Para, por favor, para- pidió Julieta y yo comencé a llorar.
>> - Diego jamás sabrá que fuiste tú, lo juro, sólo hazlo, sé que tienes auto control totalmente desarrollado, hazlo- le pedí entre lágrimas con la voz totalmente quebrada.
>> Ambas quedamos en silencio, mientras que yo no paraba de llorar.
>> - Cierra tus ojos- dijo Julieta rendida, le hice caso sin pensarlo, luego de eso sentí sus dientes en mi cuello, no dolió como había investigado, por lo que había leído la transformación era el peor y más doloroso calvario, que ni el mismo infierno se le comparaba, pero yo no sentí nada, era como si estuviera en un agujero completamente negro con todos los sentidos bloqueados.
>> Podía escuchar todo, luego de morderme, Julieta me acomodó en el cuarto de su casa que ellos me habían obsequiado para cuando quisiera quedarme allí, luego de eso esperó exactamente veinte minutos y llamó a Diego desesperada diciéndole que un vampiro había olido mi sangre y había entrado, ella trató de defenderme pero el vampiro me mordió y ella no pudo hacer nada más. Exactamente cinco minutos después Diego apareció preocupado, recuerdo que me hablaba para ver cómo estaba, trataba de que yo le diera alguna señal pero aunque yo tratara de moverme para contestarle, todo esfuerzo era en vano.
>> - Cloe ¿Cómo te encuentras?- preguntó Diego preocupado al cuarto día.
>> - Bien- dije muy suavemente, por fin mis sentidos volvían a funcionar.
>> - ¡Julieta!- llamó Diego ansioso- Va a despertar, es hora, escucha su corazón.
>> - Es verdad, mírala, está hermosa- comentó Julieta- ¿Tendrá algún don?
>> - Debo esperar a que despierte para averiguarlo- explicó Diego.
>> - ¿Cómo la entrenaremos?- preguntó Julieta, aunque por existencia y edad Julieta tenía dos años más que Diego, Julieta siempre se apoyaba en él, la única decisión que tomó sin consultarle fue transformarme.
>> - De la misma forma que tú me entrenaste a mí, aunque es su elección beber sangre humana o animal, pero igual tendremos que desaparecer, hay que pasarla por muerta, si hubiera sabido que estaría paralizada mientras se transformaba lo hubiéramos hecho mientras ella pasaba por el proceso. Ahora será mucho mas complicado con la sed.
>> - ¿Y si ella se escapa?- sugirió Julieta.
>> - ¿A qué te refieres?- preguntó Diego curioso.
>> - A que se escape mientras sus padres no están, que se vaya dejando una carta- explicó Julieta, me gustaba esa idea, ya que jamás logré perdonarle a mis padres que no estuvieran presente en mi infancia, como ellos constantemente viajaban a mí siempre me criaron mis niñeras.
>> - Está muy buena la idea, pero no haremos nada sin si consentimiento- contestó Diego tranquilo.
>> - Por supuesto- contestó Julieta.
>> Podía escuchar a mi corazón batallar por sobrevivir, no quería parar, no quería dejarme ir, no quería que dejara de ser humana, estaba totalmente acelerado, como si fuera a salir disparado de mi pecho cuando de repente... dejó de latir... ya sólo podía escuchar mis pensamientos fluir, mi corazón no estaba, había muerto, la Cloe humana había muerto.
>> Abrí mis ojos, todo era nuevo, nuevos olores, nuevos ojos, nuevos sabores, todo era nuevo, hasta Julieta y Diego eran diferentes, mis nuevos ojos los percibían mucho más hermosos de lo que jamás imaginé, el cabello de Julieta era rojo como la sangre. Pero lo más extraño de todo era que podía pensar, me refiero a que mi mente estaba tranquila, no pensaba sólo en sangre como suponía, en realidad estaba normal, tranquila.
>> - ¿Cómo estás? Me tenías preocupada- dijo Julieta realmente preocupada- ¿Sentiste la ponzoña?
>> - No sentí nada, sólo podía escuchar, era como si estuviera en un hueco negro donde sólo podía oír y pensar, pero estoy bien, mucho mejor de lo que imaginaba- expliqué tranquilamente pero a ellos lo sorprendió pero sobre todo los asustó.
>> - Diego hazlo, me está asustando- dijo Julieta
>> - ¿Me permites saber tu don?- preguntó Diego tranquilo.
>> - Si claro- respondí con la misma tranquilidad que él.
>> Al rozar nuestras manos, fue como un interruptor, Diego y Julieta tenían bolsas de sangre para mí pero a los cinco segundos de tener nuestras manos juntas nuestros ojos quedaron en blanco, las bolsas explotaron y la sangre quedó flotando en el aire pero luego comenzó a girar a mí alrededor. Fue aterrador, era una escena digna de una película de terror.
>> Julieta estaba petrificada por el miedo, pero Diego estaba diferente, estaba asombrado, era como si estuviera ciego pues miraba al vacío con sus ojos en blanco, de repente, aún con la sangre flotando, una brisa de aire entró por la ventana y comenzó a envolverme como un tornado, podía escuchar que Julieta ya no respiraba del susto, en medio de todo ese acto de terror la tierra que estaba en las masetas se levanta y en forma de rocas comienza a rodearme al igual que el aire y la sangre y por último, fuego nace de mis manos, lo que hizo que Julieta profanara un grito desgarrador, en ese momento no entendí porque, pero luego ella misma me explicó que el fuego es lo que nos mata. Por dos o tres minutos el fuego junto con el aire, la tierra y la sangre giran teniéndome a mí como eje, hasta que la tierra vuelve a su lugar, el aire se dispersa, la sangre cae y el fuego se apaga. Mis ojos vuelven a su nuevo tono, pude ver en el reflejo de los ojos de Julieta que mi nuevo tono era el de un rubí destellante.
>> - ¿Qué a sido todo eso? – preguntó Julieta espantada.
>> - Su don se a manifestado – anunció Diego.
>> - ¿Qué es lo que tengo? – pregunté asustada al igual que Julieta.
>> - Tienes autocontrol, lo que te facilitará adaptarte, pero, también tienes el poder de manipular los cuatro elementos naturales a tu antojo: agua, tierra, fuego y aire – explicó Diego sin dejar de mirar al vacío.
>> - ¿Cómo es eso posible?- pregunté.
>> - Quisiera saberlo- contestó Diego- Pero nosotros ya llevamos mucho tiempo contigo y jamás hemos visto algún indicio de esto.
>> - ¿Soy un bicho raro?- pregunté angustiada.
>> - No, eres especial amiga – dijo Julieta que estaba a mi lado y me abrazó.
>> Luego de eso estuve tres meses con ellos. Fue muy complicado que dominara mi don, desde un principio preferí a los humanos, entonces Julieta con su autocontrol me acompañaba cada semana a los bancos de sangre.
>> Me tomó dos meses salir a la calle de noche porque mi don se manifestaba solo. Pero tal y como le dije a Julieta, apenas aprendí a vivir por mi misma, con una excusa tonta me fui y los dejé con la esperanza de que cuando los volviera a ver estarían juntos.
-         Pero no fue así ¿Verdad?- pregunté un poco incómoda.
-         Estuve años viajando, conocí lugares hermosos hasta que me volví a topar con Diego- dijo seria- Estaba moribundo, consumido por la culpa, incluso me pidió que lo matara, cuando me dijo que era porque había matado a Julieta estuve a punto de hacerlo pero el dolor y la culpa en sus ojos era tan grande que me quedé con él para apoyarlo, incluso lo ayudé cuando estuvo en Uruguay.
>> Hace unos dos años recuerdo que lo contacté para averiguar cómo estaba y me contó sobre ti, notaba que estaba tan alegre que me recordó a Julieta cuando hablaba de él, me alegra tanto que le dije para ir a visitarlo pero se negó rotundamente explicándome la situación con Oscar.
-         Cloe tengo una pregunta para hacerte desde hace tiempo- le dije recordando la charla con Diego hace dos meses.
-         Dime- dijo curiosa.
-         ¿Por qué decidiste abandonar tu vida para venir a protegerme sin conocerme? Cuando se lo pregunté a Diego no supo responderme- expliqué.
-         Lo hice porque a Diego lo quiero como a un hermano, siempre lo voy a proteger y a su felicidad y si su felicidad eres tú, siempre te voy a proteger, pero también lo hice porque quería conocerte para comprobar que estuviera en buenas manos. Lo cual me dí cuenta en el momento que te interpusiste entre Facundo y yo y te presentaste- dijo y sonrió.
-         Admito que cuando Diego me habló de vos tuve miedo, ya que eras amiga de Julieta, tenía miedo de no caerte bien porque pensaras que voy a remplazar a Julieta o algo así- le expliqué con un poco de vergüenza.
-         Te comprendo, pero no te preocupes que desde un principio me caíste bien, me diste curiosidad- dijo con una sonrisa y comenzó a mirar al vacío.
-         ¿Pasa algo?- pregunté.
-         Me acordaba cuando Diego me pidió mi opinión sobre ti- dijo y rió- Fue el día que llegué, en la noche cuando estabas dormida.
>> Yo estaba ordenando tu habitación cuando apareció Diego.
>> - Cloe ¿Puedo hablar contigo? – preguntó serio.
>> - Si claro, dime compañero – le dije alegre pero un poco sorprendida – Siéntate.
>> - Es sobre Arianna, es que desde ayer somos novios pero te quería pedir tu opinión sobre ella- pidió un tanto inseguro.
>> - ¿Mi opinión cambiará algo? – le pregunté seria.
>> - No – respondió al instante – Pero eres como mi hermana y siempre te voy a pedir tu opinión sobre mis decisiones – explicó.
>> - ¿La amas? – le pregunté con tranquilidad, Diego te miró acostada con ternura.
>> - Más que a mi propia existencia - dijo decidido y sin titubear.
>> - ¿Y ella a ti? – le pregunté curiosa.
>> - Ayer me lo dijo, dijo que me amaba, pero no se… - comentó inseguro.
>> - Ya veo lo que sucede, estás inseguro, tú lo que realmente quieres es que te confirme si ella te ama o no desde mi punto de vista ¿Verdad? – le dije y él agachó la cabeza, sé que si fuera humano se habría sonrojado – Lo que ella me demostró hasta ahora es que tiene valentía y no dice las cosas por decir, es bastante madura para su edad, si te dijo que te ama yo la verdad le creo porque no parece estar confundida con respecto a ti - le expliqué y sonrió como si fuera el gato de “Alice in Wonderland”.
>> - ¿Segura? – preguntó iluminado.
>> - Absolutamente – le contesté decidida.
-         Gracias por decir cosas tan bonitas de mi – le agradecí de corazón, esa era la primera vez que escuchaba tantas cosas positivas sobre mí - ¿Hablaron sobre mí luego de eso? – pregunté curiosa.
-         Si, una semana después de que te conocí, me preguntó lo mismo, y mi respuesta fue la misma- dijo y ambas sonreímos – Bueno comencemos donde nos quedamos ayer – dijo hablando exactamente como profesora – Continuaremos con literatura ¿Qué libro has leído?
-         “Los Poderes Ocultos de la Noche” de Konstantinos – contesté mientras tomaba el libro de mi biblioteca. Cuando de repente, me di cuenta de algo, en realidad sí existe la magia, por lo que el libro dice los noctámbulos o buenos oscuros adquirimos nuestros poderes  en la noche, ahí comprendí la razón de mis visiones nocturnas.
-         ¿Pasó algo Arianna? – preguntó Cloe al ver que quedé callada.
-         Cloe ¿Crees en la magia? – pregunté pensativa - ¡Facundo! ¡Diego! – los llamé - ¡¿Pueden venir?!
-         Aquí estamos – dijeron ambos en mi balcón a los dos minutos de llamarlos.
-         ¿Creen en la magia? – les pregunté.
-         ¿Por qué preguntas? – dijo Cloe con curiosidad.
-         Es que este libro me mostró algo que puede explicar mis visiones, pero tiene que ver con la magia – les expliqué.
-         Yo si creo en la magia, pues somos un ejemplo claro de ella – explicó Cloe.
-         Yo igual – dijo Diego.
-         Yo también – contestó Facundo.
-         Es que según este libro la luna y la noche provee poderes a sus magos y hasta hace poco todas mis visiones eran de noche – les expliqué.
-         ¿Tú dices que eres una buena oscura? – preguntó Diego.
-         Si, eso mismo, pero lo que no me cuadra fueron mis visiones diurnas – comenté pero otra idea se asomó por mi cabeza – Siempre fueron nocturnas hasta que tocaste mi rostro en mi ventana – le dije a Diego.
-         ¿A dónde quieres llegar? – preguntó Diego confundido pero también un poco preocupado.
-         A que no creo que tu don sea sólo reconocer los dones de los demás por el contacto físico, creo que es algo más poderoso que eso – le intenté explicar tratando de atar los cabos en mi cabeza – Creo que eres como un interruptor.
-         ¿Un qué? – preguntaron los tres al unísono.
-         Un interruptor, me refiero a que activas los dones de las personas o vampiros que lo tenga y luego los reconoces como sucedió con Cloe, yo ya lo tenía activado lo que hiciste fue fortalecerlo, pero a Cloe le activaste el don y luego lo reconociste. Eres como un interruptor – les expliqué lo mejor posible – Pero de todo esto hay algo que me preocupa y es de dónde saca tu don ese poder o energía para activar los dones de los demás.
-         ¿Te refieres a que hay una posibilidad de que mi don sea dañino para mí mismo? -  preguntó con la misma preocupación que yo.
-         Puede ser, es como si hicieras un sacrificio como el que hiciste por Julieta – le dije - ¿Cómo te sentiste cuando activaste el don de Cloe? – pregunté.
-         Normal – respondió pensando.
-         ¿Seguro? – pregunté preocupada – Diego ¿Estás seguro?
-         Si estoy seguro, lo recuerdo perfectamente - dijo firme, por lo que borré esa teoría de mi mente. Pero otra apareció - ¿En qué piensas? – preguntó notando mi expresión.
-         ¿Jamás probaste hacerlo al revés? – le pregunté pensativa.
-         ¿A qué te refieres? – preguntó Diego confundido.
-         A usar tu don al revés, en vez de dar energía, quitarla – le dije.
-         No creo poder, lo habría hecho sin querer en algún momento pero jamás me ha pasado – dijo.
-         Podríamos tratar – propuse.
-         ¿Con quien? – preguntaron Cloe y Facundo al unísono.
-         No lo sé, en algún momento lo haremos – dije sorprendida porque ambos estaban asustados.
-         Bueno retírense que debemos seguir con la clase – dijo Cloe a Facundo y Diego- Yo los respeto a ustedes, así que ustedes me respetan – Diego se acercó a besarme pero Cloe lo frenó – Si lo haces la castigaré, vete – ambos pusimos mala cara pero me dedicó una guiñada y desapareció junto con Facundo de la habitación.
-         Mala actitud – le dije a Cloe en broma.
-         No no señorita, si quieres tener una vida normal, normal será – dijo siguiéndome el juego.
-         Es que no quiero una vida normal – le dije con sinceridad – Tú lo sabes, Diego debe haberlo comentado en el mes.
-         Si nos lo dijo – contestó recordando – Estaba preocupado, está, mejor dicho ¿Tu visión a cambiado? – preguntó curiosa.
-         No, no he tenido visiones que ustedes no sepan – dije sinceramente.
-         Entonces ¿Quién será? – preguntó para sí misma pero yo logré escuchar.
-         Cuando lo sepa te lo haré saber – le dije con tranquilidad pero un poco enfadada.
-         ¿Pasa algo? – preguntó Cloe preocupada.
-         No, es que… necesito ir al patio, sola – le dije, ya llevo dos meses en esta casa, aunque es hermoso estar aquí y con Diego, Cloe y Facundo la paso genial comienzo a sentirme encerrada, necesito salir a algún lugar, respirar otro aire, pero no puedo decírselos, ellos hacen todo por mí, aunque lo nieguen ellos han abandonado sus vidas por mí, más no les puedo pedir, sería demasiado egoísta de mi parte.
Salí al patio, estaba precioso como siempre pero en vez de sentarme en la mesa salté la pequeña reja que separaba el patio del resto de los terrenos de la familia de Diego y comencé a caminar sin rumbo ni límite fijo.
Miré mi reloj de muñeca al pasar un tiempo y ya habían pasado dos horas, me senté contra un tronco, el sol aún estaba arriba, ese lugar era lindo para estar de noche, ojala entrara la noche, pero es media tarde, estuve un tiempo recostada, era lindo estar ahí, respiré hondo el aire de los árboles y quedé mirando el cielo por no se cuanto tiempo, hasta que me dormí.
Un ruido me despertó, era como si alguien estuviera ahí, miré el cielo, la luna adornada con nubes junto con la noche reinaban.
-         Arianna, amor ¿Estas bien? – preguntó Diego.
-         Si, sólo necesitaba un cambio de aire – dije pensando en voz alta y me arrepentí.
-         Te noto rara ¿Qué sucede? – preguntó preocupado.
-         Sólo quería pensar, plantearme la situación en la que me encuentro, en la que nos encontramos mejor dicho, aunque no lo creas has estado bastante alterado por lo de mi transformación este mes.
-         Lo sé, traté de no angustiarte de verdad, es que sólo pensar que te convertirás en el monstruo que soy… - dijo y cerró los ojos con amargura, eso me dolió, me paré de mala gana y comencé a correr tratando de que no viera las lágrimas que se me escapaban a causa del dolor que sentía pero, como era de suponerse al correr siete metros Diego estaba frente a mí con los brazos abiertos para abrazarme, yo lo miré, limpié mis lágrimas e ignoré su abrazo.
-         Lo lamento – me dijo con una voz dulce y suave.
-         ¿Acaso sabes por qué te disculpas? – le pregunté enfadada, Diego comenzó a pensar – No, no lo sabes.
-         Dímelo, por favor – rogó.
-         No lo entenderás Diego – le dije triste.
-         Sabes que trataré – dijo y ya estaba frente a mí, mirándome a los ojos.
-         Es que… me duele que no quieres que me transformen, desde que me enteré anduve feliz porque sé que estaremos juntos para siempre pero siento que tú no quieres, siento que prefieres que muera antes de ser como tú… - le dije y las lágrimas comenzaron a brotar - ¿Acaso quieres que muera?
-         ¿Cómo puedes preguntarme eso? Sabes que si tú mueres yo muero con vos, de verdad lamento haberte lastimado con mis palabras, no pensé que te fueran a doler tanto, de verdad lo lamento, sabes que te amo y lo único que deseo es que siempre estés bien y feliz – sus palabras hicieron que me desmoronara, caí al suelo y mis lágrimas empezaron a salir sin parar, pero, no eran de tristeza, eran de culpa ¿Tan egoísta soy? – No llores por favor – rogó Diego sentado a mi lado.
-         No lloro por ti, es por mí, soy horrible, te lastimo, soy egoísta, por mi culpa Cloe, Facundo y tú abandonaron sus vidas y siento que no les correspondo como debería – dije y seguí llorando mirando al suelo, en ese momento una gota cayó sobre mi pelo, instintivamente miré al cielo, estaba comenzando la lluvia, hace tanto tiempo que no veía la lluvia, la última vez que la vi estaba en mi antigua casa, recuerdo que esa noche quedé despierta hasta el amanecer para ver la lluvia y la luna, esta noche es igual a aquella, lluvia y luna juntas.
Diego se levantó y me ayudó a levantarme y quedamos mirándonos a los ojos por un tiempo.
-         Escúchame bien Arianna Tanner y grávatelo en tu cabeza, tú eres lo mejor que nos pudo pasar a los tres en nuestra existencia, Cloe y Facundo te aman y adoran como a una hermana y yo antes de que aparecieras no tenía vida, no eres egoísta, eres la humana más generosa que conozco, tú abandonaste a tu familia para salvarlos, le confiaste tu vida y la de tus seres queridos a tres vampiros que apenas conocías, Arianna no quiero volver a escucharte decir que eres egoísta porque es la blasfemia más grande que puedes decir – me dijo como si me estuviera retando, pero luego me sonrió, ambos miramos la lluvia callados, no podía hablar ya que Diego con sus palabras me había dejado muda.
-         Esta noche tiene dos cosas que me encantan, la luna y la lluvia – confesé – siento como si estuviera en una película de acción y romance – dije con un poco de vergüenza.
-         A mi también me gusta la luna y la lluvia ¿Te gustan las películas de acción y romance? – preguntó curioso.
-         Si mucho – contesté y seguí mirando la lluvia. Diego pensó unos segundos.
-         Arianna – dijo para llamar mi atención.
-         Dime – dije mirándolo a los ojos.
-         Hace ya dos meses que somos novios pero… - Diego vació y un escalofrío recorrió mi cuerpo pero por suerte no llegó a mi rostro – Jamás tuve la oportunidad de preguntarte realmente si querías ser mi novia y creo que este es el mejor momento para hacerlo así que... – en ese momento tomó mis manos y nos acercó un poco más – Arianna, sabes que te amo más que a mi propia existencia, tú ¿Me concedes el honor de ser tu novio? – preguntó sin dejar de mirarme a los ojos en todo momento.
-         Diego, eres lo mejor y más importante que tengo en mi vida, por supuesto que quiero ser tu novia – le dije de corazón – Tú eres el aire que respiro, la luz que ilumina mi camino, el soporte que me mantiene con vida, tú eres mi todo – al escuchar eso me abrazó, sin soltarme me levantó en el aire y giramos de felicidad hasta que por gusto caímos al suelo riéndonos. Ambos quedamos acostados uno al lado del otro en el suelo mirándonos cuando de repente Diego se acercó a mí, se levantó y me levantó, cosa que me dejó un poco sorprendida, pues lo hizo de forma tierna pero un poco rápida para los humanos.
-         ¿Pasa algo? – pregunté, pero apenas terminé de hablar Diego me tomó por la barbilla y con la luna y la lluvia de testigos me dio nuestro primer beso como novios oficiales, fue lento y tierno, sin dejar de besarme me abrazó por la cintura y yo a él por el cuello, lo amo tanto, nuestro primer beso oficial y es de película, tierno y cariñoso.
-         Te amo – me dijo y quedamos con nuestras frentes juntas.
-         Yo también te amo mi Diego – volvió a besarme, estaba atontada, pero pude notar que este beso fue diferente al anterior, este fue más feroz, por así decirlo, Diego se estaba dejando llevar pero no le tengo miedo, sé que no me lastimará.
-         Nunca te alejes de mí Arianna, si te pierdo muero – me susurró al oído con ternura.
-         Nunca lo haré, siempre estaremos juntos y siempre te amaré, lo juro Diego, te lo juro – le dije con mi alma y mi corazón en la mano.
-         Yo te juro Arianna que siempre te protegeré, siempre estaré contigo y te amaré toda mi existencia – en ese momento no nos besamos, en vez de eso quedamos abrazados con ternura pero con fuerza, como si fuera una despedida o una bienvenida, creo que ambos lo tomamos como un comienzo, creo que lo tomamos como el comienzo de la eternidad, como el comienzo de nuestro eterno amor.
La lluvia seguía y a ambos nos gustaba.
-         ¿Estás preocupada por algo? – preguntó, lo cual me sorprendió.
-         No, ¿Por qué preguntas? – le dije confundida.
-         Por tu rostro, tienes una expresión que jamás había visto – explicó - ¿En qué piensas? – preguntó curioso.
-         En que esto es un sueño, ni en mis sueños más locos había imaginado esto, temo despertarme – dije y él sonrió.
-         No voy a dejar que despiertes – comentó y reímos - ¿Te molesta la lluvia? – preguntó.
-         No, al contrario, me gusta – dije.
-         A mí igual – comentó.
-         Además, contigo me siento segura – dije y sonreí, Diego quedó un poco serio luego sonrió conmigo, pero después, quedó pensativo.
-         ¿Qué sucede? – le pregunté.
-         Es que ya va un mes sin saber nada de Oscar, he salido a buscarlo pero nada – dijo frustrado.
-         ¿Ha estado buscando a Oscar? – pregunté sumamente preocupada, no quería que Diego se acercara a ese vampiro ni por asomo.
-         Si, he salido a recorrer España por las noches tratando de encontrarlo, pero nada ha pasado, es como si no existiera – contó pero la idea me molestó.
-         ¿Has ido sólo? – pregunté rezando para que me dijera que no, que Facundo o Cloe lo acompañaban.
-         Claro, no puedo dejarte desprotegida – dijo serio.
-         ¿Acaso estás loco? – dije enojada y Diego me miró sorprendido por mi reacción - ¿Cómo se te ocurre salir a buscar a Oscar sólo? ¿Acaso no sabes que si te pasa algo yo muero? ¿Quién te dice que ande sólo? Pudo haber convertido a alguien más, no quiero que vuelvas a salir de noche sólo para buscar a Oscar – le reproché y pedí enfadada pero principalmente asustada – Diego de verdad si te llega a pasar algo yo… - dije pero no finalicé la frase porque sólo pensar eso me duele.
-         Por favor tranquilízate, te prometo que no volveré a salir a buscar a Oscar – dijo para calmarme – Admito que fue tonto de mi parte pensar que él sigue sólo, pero al menos debía intentarlo, como te dije antes te protegeré de todo – dijo con decisión.
-         ¿Te incluyes en esa lista? – pregunté curiosa y preocupada.
-         Por supuesto, luego de Oscar sigo yo – contestó.
-         ¿A qué te refieres con eso? – pregunté preocupada - ¿Cómo me protegerás de ti? ¿Qué harás luego de deshacerte de Oscar? – dije un tanto histérica.
-         No te asustes, dije que no me voy a alejar de ti y no lo haré, pero encontré una forma de utilizar lo que soy para cuidarte – explicó.
-         ¿Cómo? – pregunté.
-         Justamente siendo tu novio, sé que así es más fácil cuidarte y protegerte de todo – explicó.
-         Pero si no fuéramos novios me podrías proteger igual – dije con sinceridad.
-         Si pero cuando volvamos sería complicado visto por el ojo humano, aparte como amigo tengo menor rango de protección que siendo tu novio – dijo.
-         Entonces ¿Somos novios por la apariencia y porque te da mayor rango de protección? – pregunté vacilante.
-         No, esa es una razón o una excusa mejor dicho – dijo y rió – Yo estoy con vos porque te amo y porque no tengo la fuerza suficiente como para alejarme de vos, y la verdad no quiero tenerla – confesó.
-         Diego, a mi no me importa correr riesgos para estar junto a vos porque sé que me vas a cuidar – le dije con cariño.
-         Pero tendría que ser más fuerte – dijo desanimado.
-         No estés así, no quiero que te desanimes – dije para animarlo, cosa que funcionó porque le robé una sonrisa.
-         Mejor vamos a la casa antes de que te enfermes – dijo, yo asentí, me subió a su espalda y comenzó a correr, en unos segundos estábamos en la casa.
-         ¿Arianna estás bien? – preguntó Cloe preocupada.
-         ¿Te pasó algo? – preguntó Facundo con la misma preocupación.
-         Estoy bien, sólo quería salir – les dije - ¿Les puedo pedir algo? – pregunté pensando en una imagen en mi cabeza.
-         Claro – dijeron los tres.
-         ¿Me dan un abrazo? – pedí por primera vez en mi vida, ellos sonrieron y los cuatro nos abrazamos con cariño, en ese momento lleno de cariño y de risas me sentí sumamente feliz - ¡Los quiero! – les dije y los cuatro sonreímos de felicidad.
-         Yo también, como una hermana – dijo Cloe.
-         Yo más de lo que te imaginas – contestó Facundo.
-         Más que a mi propia existencia – finalizó Diego.
-         Creo que es hora de que salgas de esta casa ¿Quieres ir de compras mañana? – preguntó Cloe rompiendo el silencio – Podemos ir los cuatro, total, de noche somos normales – bromeó.
-         Jamás vamos a ser normales, por suerte – dije y reímos.
-         ¿Vamos de Shopping? – volvió a preguntar Cloe.
-         Este… no sé – dije preocupada.
-         No te preocupes por Oscar – dijo alentándome a ir, la verdad necesito salir – Haremos así, Diego y Facundo irán media hora antes y vigilarán todo entonces nos avisarán pero como el Shopping es grande se quedarán por allí vigilando y yo estaré contigo en todo momento – dijo, Diego y Facundo asintieron – Por favor vamos, todos nos hemos fortalecido, vamos – pidió.
-         Bueno vamos – dije animada y juntos reímos.

3 comentarios:

  1. Porfa lectores comenten, sino dejaré de publicar, de verdad me interesa sus opiniones.
    Besos Zoe

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  2. Impactado :) tenes una capacidad para llegar a la mente de la gente, pero solo un favor escritora. El libro lo empezaste como una novela, y terminaste escribiendo tu vida. Mas allá de lo hermosa que sea tu vida y atrape a cualquiera, no dejes de escribir lo que tu mente piensa, coordina tu mente y tu corazón para escribirlo, y aunque ya sepa el final y la continuación espero a que termines de subirlo. Saludos. Eterno lector :) espero leas...

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    1. Eterno Lector:
      Gracias por tu comentario, puedo preguntar algo: Quien eres? Me gustaría mucho saber tu identidad... Si eres tan cercano a mi (porque solo alguien tan cercano sabe el final y la continuación de esta historia) sabrás que mi vida no es un lecho de rosas y no está en mis intenciones plasmar mi vida en los capítulos pero mi subconsciente me puede estar traicionando :)... Gracias de verdad por el consejo y lo tendré en cuenta mientras creo el capítulo siguiente y el resto de la historia.
      La historia la finalizaré eso tenlo por seguro, pero con el tema de seguir subiéndolo no lo se, que yo sepa nadie lo lee, la verdad de a poquito se me van los ánimos como para seguir subiendo pero igual lo pensaré muy bien antes de tomar una decisión apresurada.
      Espero volver a saber de ti.
      Besos.
      P. D: Dime Zoe si quieres :)

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