“Este capítulo es especial para mí, demoré tanto en escribirlo porque en este capítulo Arianna comienza a definirse y a tomar las decisiones que la marcarán toda su vida, incluso decide si continuará con su vida como humana o la continuará con Diego, Cloe y Facundo como una inmortal. Ella en este capítulo elige entre la vida que siempre soñó y el amor inmenso que le tiene a Diego.
También en este capítulo Facundo comienza a comprender el pensamiento de Arianna lo que hace que su amistad se fortalezca más todavía, creando lazos muy fuertes entre los dos.
Bueno aquí les dejo lo prometido, espero les guste Decisiones.
Besoos Zoe”
Decisiones
Me moría por escuchar la voz de mi padre, la de mi madre, y tratar de solucionar la situación con mi madre, ojala no siga enojada conmigo.
Facundo asintió al ver la alegría reflejada en mis ojos. Mi cuerpo reaccionó abrazándolo con toda la fuerza posible.
- ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias! De corazón te lo agradezco.
- De nada, no quiero que sufras lo mismo que yo al estar separado de mi familia.
Yo asentí sonriente de felicidad y comencé a marcar el número de mi padre con la esperanza de que me atendiera, porque al ser un número desconocido no se si atenderá.
- Hola ¿Quién habla? ¿Hola?- preguntó mi padre, mi corazón estaba por estallar a través de mi pecho al oír la voz de mi padre- Voy a colgar- dijo luego de unos segundos de silencio llenos de emoción para mí.
- ¡No! Espere- lo detuve al instante- ¿Es usted el padre de Arianna Mackenzie Tanner Rodríguez?
- Si ¿Por qué pregunta? ¿Sabe algo de ella?- preguntó emocionado y esperanzado.
- ¿Papá? Soy yo, Arianna.
- ¿Arianna? ¿Hija de verdad sos vos?
- Si soy yo. Llamaba para dejarte tranquilo diciéndote que estoy bien- le dije tratando de controlar mi euforia.
- ¿Dónde estas? Tienes que volver ya- me ordenó.
- No puedo decirte de mi paradero, es solo para protegerte, justamente hace más de un mes que no me comunico porque la última vez estaban rastreándome.
- Me sorprende que no supusieras que lo haríamos, queremos encontrarte, que vuelvas con nosotros- dijo triste.
- ¿Acaso no confían en mí?- pregunté aunque era lógico que no confiaban y que tampoco volverían a confiar.
- Por lo que tu madre me dijo la verdad no se que pensar- me reclamó.
- Desde ya te digo que ella está completamente equivocada, malinterpretó todo, sinceramente hago esto para cuidarlos.
- Y ¿A ti quién te cuida?
- Eso no importa, lo único importante es que ustedes en este momento respiran y no están en el cementerio o desaparecidos porque me fui, aunque no lo crean- le dije decidida, con la esperanza de que me creyera.
- ¡¿Qué viste que es tan importante?!- preguntó enojado, pero sobretodo preocupado.
- Lo lamento, no puedo decirte. Pero puedo prometerte algo.
- ¿Qué?- pregunto dolido, odiaba lastimarlo.
- Te prometo que a partir de hoy una vez al mes te llamaré para confirmarte que estoy bien ¿Te parece?
- Pero ¿Volverás?- preguntó.
- Aún no se cuando, pero te lo prometo- le mentí, una lágrima se escapó al saber la herida que le causaría al no volver o darme por muerta. Facundo quitó la lágrima y el pelo de mi cara en forma de apoyo- Nos vemos en un mes, por favor no le digas a nadie de esta llamada, voy a llamar a mamá. Ah una cosa ¿Qué le dijo mamá a mi abuela?
- Le dijo que te fuiste de viaje sorpresa que ganamos por tus quince años por tiempo indeterminado a España- explicó, no lo podía creer, irónicamente mis padres habían adivinado mi paradero.
- Bueno porque tal vez la llame, pero el próximo mes, aunque por favor igual no digas nada… Papá…
- ¿Qué pasa?- preguntó preocupado.
- ¿Tu me crees?- le pregunté con muy poca esperanza.
- Luego de hoy te creo, aunque tu madre está muy triste y decepcionada.
- Trataré de calmarla, hasta el próximo mes. Besos te quiero papá.
- Yo también mi niña- no quería colgar, quería decirle que ya no volvería, rogarle que continuara con su vida, Facundo notó mi falta de fuerza para colgar así que él lo hizo por mí.
- Gracias- le agradecí desde el fondo de mi corazón- Por todo.
- Desde hoy en adelante te prometo de corazón, si es que lo tengo, que te ayudaré en todo para que seas feliz, trataré acercarte lo mejor posible a tu familia.
- De nuevo, gracias, jamás imaginé que llegaría a encontrar a un amigo que se preocupe tanto por mi.
- Te lo mereces- dijo y volvió a entregarme el celular- Mejor llama a tu madre antes de que tu padre te gane- dijo sonriente. Yo también sonreí y comencé a marcar el número de mi madre.
- ¿Hola? ¿Quién habla?- su voz hizo el mismo efecto que la de mi padre en mi corazón, estaba por estallar, aunque también había cierto dolor por nuestra última conversación.
- ¿Mamá? ¿Cómo estas?- pregunte vacilante.
- ¿Arianna? Hija ¿Dónde te encuentras?- preguntó desesperada.
- Sabes que no puedo decírtelo, sólo quiero saber de tu vida ¿Me quieres contar algo?
- Hija cuéntame de ti, por favor- rogó.
- Estoy bien, sigo estudiando y estoy protegida, tengo dos grandes amigos…
- Quiero hablarte de algo- me frenó mi madre.
- Dime mamá…
- ¿De verdad te fuiste para protegernos?- preguntó.
- Si mamá, lo juro, sólo por eso- le dije esperanzada de solucionar todo.
- Este mes pensé mucho sobre nuestra conversación, después de todo sos mi hija, yo te crié y te conozco mejor que nadie y por eso, se que no serías capaz de abandonarnos si no fuera absolutamente necesario.
- Mamá eso mismo te quería explicar, yo no me fui porque sí, voy a volver, de verdad lo haré ¿Algo más para contar?- pregunté esperando que me contara lo de mi hermano Gabriel.
- No, por ahora nada- dijo indiferente.
- ¿No me vas a contar de Gabriel?- al decir eso pude escuchar como se quedaba sin aire- ¿No me vas a contar que tengo un hermano llamado Gabriel?
- ¿Cómo lo sabes?- preguntó jadeando.
- Eso ahora no es importante- me atajé- ¿Por qué no me ibas a decir?
- ¿Acaso crees que esa noticia es de la clase que se dice por teléfono?- justificó.
- No- dije sinceramente- Pero por un tiempo será nuestro único medio de comunicación, no te guardes las cosas mamá.
- ¿Seguiremos en contacto?- preguntó mi madre con el mismo entusiasmo en su voz que tenía mi padre cuando se lo dije.
- Si, tengo planeado llamarte a ti y a papá una vez al mes ¿Te parece?
- Por supuesto que si, lo que mas añoro es no perderte princesa- dijo con una ternura que me desmoronó, hace mucho tiempo no la escuchaba así.
- Bueno mamá, me tengo que ir, hasta el próximo mes. Te quiero.
- Hasta el próximo mes amor, yo también te quiero mi princesa- dijo y me dedicó un beso, yo colgué y sonreí de felicidad.
- Facundo, mil gracias por esto, de verdad te agradezco de corazón.
- Eres una gran persona, no mereces sufrir y yo me encargaré de evitártelo en todo lo que pueda- dijo con ternura.
- No entiendo ¿Por qué en tan poco tiempo ya eres mi mejor amigo y en mi otra vida las personas que conocía hace años siempre terminaban traicionándome?
- Es que las otras personas no eran capaces de ver el alma pura que tienes, no supieron cuidarla y algunos incluso intentaron lastimarla- contestó tranquilo- Mi alma me la arrebataron, tu no permitas eso, yo ya voy al infierno, pero tú, puedes cambiar tu destino.
- No es posible que alguien como tú vaya al infierno, no lo mereces, ni el cielo es digno de tu alma- le dije de corazón, Facundo es demasiado bueno ni por asomo merece el infierno, es como mandar a un ángel al infierno, Cloe, Facundo y mi Diego no pueden ir al infierno, es imposible, es como acusar a un bello niño o niña de asesinato, es ilógico e irracional.
- ¿Por qué eres tan buena con los de mi especie?- preguntó confundido, yo pensé que ya lo sabía.
- Diego me contó que te había explicado- le dije pensativa.
- Si, pero tiene que haber algo más, es muy difícil que una humana sienta eso por nosotros. Explícame por favor- rogó ¿Tan difícil era entenderme?
- Es que yo los vengo estudiando desde hace mucho tiempo, he llegado a admirarlos, aunque a veces me daban lástima, quería cuidarlos, protegerlos para que no se extinguieran, yo no siempre he sido la clásica niña o la clásica adolescente, hay ciertas cosas que sólo a mi me parecían bien, siempre he hecho lo correcto, siempre apoyo a los que lo merecen así sean mis amigos o no, hay muchos vampiros que no querían esta vida, para mí no son monstruos, son seres incomprendidos los cuales la mayoría tratan de vivir con una vida que no eligieron, yo les tengo cariño a todos los vampiros que lo merezcan, aunque creo que ningún vampiro merece la muerte- le expliqué lo mejor posible- Yo siempre me sentí fuera del mundo normal, sentí que siempre estaba chocando con la vida humana, yo siento que soy un ser incomprendido porque nadie a llegado a comprenderme totalmente, yo me identifico con ustedes, viviendo una vida que no elijo aunque desde que estoy aquí siento que es mi hogar, porque mi corazón está aquí con ustedes, esas son las razones.
- Eres increíble- me halagó- ¿Qué has sentido que a cambiado estando aquí?
- Un ejemplo claro: el tiempo- dije y señalé el reloj- Con ustedes vuela, yo sé que no volveré, pero, si lo hiciera, cambiaría mucho, sinceramente les rogaría de rodillas que volvieran conmigo porque ya no podré estar sin ustedes- dije riendo- Sin ustedes sería una total inadaptada social que viviría su vida corriendo sin desperdiciar el tiempo.
- Yo ya no me alejaré de ti, eres mi única mejor amiga y te aseguro que Diego tampoco te dejará, aunque no opino lo mismo de la Miss Universo- dijo cortante.
- ¿Por qué no te cae bien?- pregunté mirándolo directamente a los ojos.
- Porque no me gustó que invadiera tu espacio sin permiso, si hubiera entrado por la puerta de una forma cordial no habría problemas, no me gusta que por ser vampira invada todo- explicó.
- Aunque la trataste mal- le reproché.
- Sólo quería que se diera cuenta que estaba mal lo que hizo, aunque admito que tal vez se me pasó la mano.
- ¿Entonces te disculparás con ella?- le pregunte esperanzada.
- No lo sé, según como transcurra la situación- dijo pensativo- Ya volvieron.
- ¿Hace cuánto que desperté?- pregunté curiosa.
- Tres horas- dijo y se rió por mi expresión- Hablamos mucho.
- No lo dudo- dije y tomé el cuaderno y la lapicera que estaban en la mesita al lado de mi cama y garabateé: “No le dirás a Diego y Cloe mis visiones ¿Verdad? Por favor te ruego que no lo hagas”. Le entregué el cuaderno a Facundo que asintió y escribió: “No lo haré, lo prometí y cumplo mis promesas ¿Algo le dirás?”
Agradecí que Facundo fuera hombre de palabra y le contesté: “Si, le diré pero en parte y en el momento indicado. Gracias de verdad”. Le entregué el cuaderno y lo abracé, sentí un ruido, miré hacia la puerta, Diego y Cloe estaban parados mirando como estatuas.
- ¿Cómo estas?- preguntó Diego preocupado.
- Bien, perdón por el mal rato- me disculpé y Diego negó con la cabeza- ¿Qué tal la caza?
- Bien, no te disculpes, no es tu culpa ¿Me contarás lo que viste?- yo asentí y sonreí, pero apresuradamente recordé y miré el cuaderno que tenía la charla con Facundo pero la hoja ya no estaba.
- Por supuesto, en realidad tengo dos visiones para contarte, tuve otra mientras estaba con Facundo- les conté y Diego se exaltó.
- ¿Dos visiones?- preguntó atónito y preocupado.
- Si- le dije sonriente por el halago de su sorpresa.
- Impresionante- comento Cloe con el mismo asombro.
- Facundo ¿Les puedes contar lo de mis padres? Yo creo que dormiré un poco más porque estoy medio cansada- confesé, no se porque pero las visiones me agotan ¿Será porque yo vivo mis visiones? Lo que sé es que estaba abatida.
Diego apareció a mi lado y besó mi frente con cariño.
- Que duermas bien mi amor- dijo con ternura pero yo tomé su rostro y lo acerqué hacia mí para besarlo, él feliz correspondió mi beso- Te amo.
- Yo más- le dije y lo volví a besar- Con todo mi ser.
- No quiero irme- confesó rendido.
- Entonces quédate- le pedí- Quédate conmigo, no creo que Facundo se moleste- dije y miré a Facundo, él sonrió- Puedo dormir más tarde.
- Tienes que dormir- aconsejó Diego.
- Pero quiero que te quedes, por favor- le rogué, Diego sin hacer mucho esfuerzo se acostó a mi lado y me abrazó, yo me dí vuelta para que nuestros rostros quedaran a pocos centímetros, me acurruqué en sus brazos- ¿Quieres que te cuente lo que vi o esperamos a más tarde? Prefiero más tarde porque estoy bien así- miré a la puerta y pude ver que Cloe y Facundo no estaban.
- Concuerdo contigo, yo también estoy muy feliz así.
- Facundo me contó que Julieta era tu tía- le dije para sacar tema de conversación.
- Si, me dolió mucho cuando lo descubrí, en ese momento entendí lo que sentía por ella, la quería, pero era porque era mi tía, fue doloroso- dijo sin dejar de mirarme.
- Yo he sufrido mucho también, tú mismo lo has visto, pero creo que siempre estuve destinada a encontrarte, todo lo que pasé me hizo fuerte, pero no se compara con la fuerza que adquiero cada día contigo. Si pudiera elegir no haber sufrido todo lo que sufrí pero a cambio no te conocería, volvería a sufrir todo sin pensarlo con tal de tenerte hoy a mi lado.
- Esas palabras son lo más importante que en toda mi existencia me han dicho- dijo y comenzó a besarme lentamente, ese beso fue diferente a los otros, yo no reaccioné como antes, ambos esta vez fuimos más tiernos, fue lento, cariñoso, yo con mis manos recorría su rostro y el pelo, él me abrazaba acercando nuestros cuerpos. Estuvimos abrazados por no se cuánto tiempo, tampoco quería contarlo, en un momento simplemente me dormí y tuve el mejor sueño de toda mi vida…
Éramos Diego y yo, adultos con nuestros hijos, Diego era idéntico a su padre y yo estaba apenas reconocible, ambos jugando con ellos, dos niños hermosos, uno con el pelo tan negro como Diego y mis ojos, pero con sus hoyuelos y el otro rubio como yo, por suerte tenía los ojos de Diego, pude reconocer que tenía mi carácter, que niños tan lindos, que sueño tan hermoso. Aunque sé que no pasará, pero es lindo dejar mi imaginación volar para imaginar como sería.
Me desperté por el sol que entraba por mi ventana, no abría los ojos aunque mi estómago gritara que ya era hora de alimentarme no le prestaba atención. Al final abrí los ojos, no podía dormir para siempre, me sorprendí al ver que Diego estaba allí conmigo, mirándome dormir.
- Buen día bella durmiente- saludó con cariño.
- Hola mi príncipe- le contesté con una sonrisa siguiéndole el juego.
- ¿Dormiste bien?- pregunto sonriente.
- Si, por fin no tuve pesadillas- dije feliz- Creo que se debe a que estuviste conmigo.
- Lo noté, es la primera vez que no hablas dormida en mucho tiempo y pasaste toda la noche con una sonrisa en tu rostro.
- ¿Cómo lo sabes? Me refiero a lo de hablar en sueños- le pregunté curiosa.
- Porque como no duermo tenía que buscar algo para hacer, la primera noche aquí estaba releyendo los libros de la biblioteca de mi habitación cuando escuché que decías mi nombre, pensé que me llamabas pero cuando llegué a tu cuarto estabas dormida aunque dijiste unas cuantas cosas- contó- Desde eso vengo aquí todas las noches a sentarme a leer y escucharte.
- ¿Qué dije la primera noche?- pregunté preocupada.
Diego dudó…
- Me reclamabas, preguntabas por qué fui capaz de lastimarte de esa manera, me preguntabas por qué te rompí el corazón- agaché la cabeza al escuchar eso, no podía mirarlo a los ojos, el levantó mi rostro tomándome por la barbilla con delicadeza- No te pongas mal, yo te entiendo.
- Pero yo no, no entiendo cómo es que tú quieres estar conmigo luego de todo lo que te hice, no soy digna de ti, no te merezco, soy una tonta…- comencé a decir pero él me frenó con un beso que correspondí pero eso no cambiaba como me sentía.
- Yo te amo por tu sonrisa, tus ojos, tu fuerza, tus decisiones, tus consejos, tus errores, tus bromas, tus llantos, tus besos, tus caricias, tus miradas, todas ellas-recalcó y me robó una sonrisa- tus gestos, tus expresiones, tus virtudes y defectos, te amo por ti, por lo que eres, las palabras no alcanzan para describirte, eres la luz de mis ojos, la fuerza que me mantiene vivo, si es que a esto se le llama vida- no podía creer todo lo que Diego me estaba diciendo, jamás me imagine encontrar a alguien que me dijera todo eso sin dejar de mirarme a los ojos, de verdad me ama tanto como yo a él.
Estaba sin palabras.
- Te amo- fue lo único que mis labios pudieron decir- Eres perfecto y yo simplemente soy una humana- dije desanimada.
- No eres eso- dijo con tono juguetón- ¿Quieres saber qué eres?
- Si- contesté curiosa por lo que me dirá.
- Eres la mejor humana, eres la humana que le robó el corazón a un ser que no le tendría que tener- explicó.
- ¿Logré lo imposible?- pregunté y sonreí.
- Se puede decir que sí, aunque para ti no es imposible, puedes enamorar a el chico que quieras si te lo propones- me dijo con ternura y pude ver completa sinceridad en los ojos, lo cual me plantó una sonrisa permanente en el rostro- Me gusta verte sonreír- agregó recorriendo mis labios con su dedo índice.
- Tu sonrisa me hipnotiza- confesé y me ruboricé.
- La tuya también- dijo y ambos quedamos mirándonos sonrientes.
Yo lo amo, no puedo alejarme de él, ahora lo sé, no puedo causarle el dolor de que algún día me vea muerta, simplemente no puedo, sé que podemos estar juntos para siempre aunque cada decisión trae sus altos y bajos. Junto a Diego soy fuerte, juntos podemos contra todo, sé que podremos contra todo. Hay una solución para que nunca sufra por mi muerte, solo debo convencerlo…
- Diego- vacilé- Quiero preguntarte algo- dije seria y decidida, lo cual lo sorprendió.
- Dime ¿Pasa algo malo?- pregunto y me di cuenta que no estaba sorprendido, sino preocupado.
- No, no, tranquilo es que…- procuré elegir lo mejor posible mis palabras, lo que le iba a decir no era algo simple- Tú… ¿Alguna vez consideraste transformarme? Dime la verdad.
- Sólo una vez, pero, fue dominado por los celos acompañados de egoísmo- dijo con amargura- Creo que podrás adivinar cuando fue ¿Por qué preguntas?
- Ya calculo cuando fue, luego de eso ¿Jamás lo volviste a pensar siquiera?- Diego negó con la cabeza y comenzó a mirarme directamente a los ojos pidiéndome que le dijera que sucedía- Es que… yo… las dos visiones que tuve me vi a mi misma… emm… me vi convertida en vampira.
- ¿Qué?- preguntó exaltado, no le había gustado ni pizca mi noticia- Arianna ¿Es una broma de mal gusto?
- Jamás bromearía con eso, lo juro, mis dos visiones me muestran convertida. Si no me crees pregúntale a Facundo- dije un poco frustrada.
- Te creo, es que me sorprende y al verdad no me gusta- de verdad odiaba la idea de verme convertida ¿Tanto detesta lo que es?
- Ah, pensé que un poco de felicidad te daría el saber que estaré con ustedes para siempre, y sobre todo contigo- dije tratando de aligerar la tensión.
- Pero no si tienes que perder tu alma, tan pura, sincera y delicada, no quiero acabar con ella- dijo acariciando mi mejilla- Jamás me lo perdonaría.
- Entonces tú no serás- susurré pensativa para mis adentros, pero Diego como era de esperarse escuchó.
- ¿No seré qué?- preguntó preocupado.
- El que me transforme, acabas de decirme que tú no lo harás y mi visión sigue igual- le expliqué- Por lo que sé, cuando las decisiones cambian recibo una nueva visión, pero tú me dijiste esto y no veo nada, lo que significa que mi destino sigue igual, lo que significa que otro vampiro lo hará.
- Acaso ¿Tú quieres esta vida para ti? ¿Quieres sentir la nostalgia de Facundo por su familia?- al decir eso me estremecí.
- La verdad si… quiero esta vida, con todo y sus consecuencias- le dije firme y decidida- Aunque no ahora, quiero ver a mi familia una vez más antes, para quedarme con sus recuerdos y luego los cuidaré, tal y como Facundo.
- No, no puedo permitirlo, tú tienes que vivir una vida humana normal, ser feliz, una humana feliz.
- Sin ustedes jamás seré feliz, jamás- le dije acariciando su rostro que miraba al vacío y lo dirigí para que me pudiera mirar- Ustedes son mi familia también, perderlos a ustedes sería como perder a un miembro de mi familia, sería como perder un pedazo de mi corazón- le dije con toda la sinceridad posible.
- Pero ¿Tú no querías una vida normal? ¿No querías casarte, tener hijos, luego nietos y envejecer? ¿No era eso lo que querías?
- No sin ti, no quiero nada de eso sin que tú estés a mi lado, yo renuncio a todo para estar contigo, con ustedes tres, no puedo soportar perderlos, para eso no soy tan fuerte, mis dos visiones mostraron claramente que yo seré vampira y en ambas visiones estoy aquí, en este cuarto, en esta casa y con ustedes- le dije lo mejor posible.
Diego estuvo a punto de hablar pero lo frene, no quería discutir.
- Antes que digas algo, prefiero que cambiemos de tema, no quiero discutir, me duele- le dije y lo besé, él con un jadeo aceptó rendido.
Mi estómago volvió a hablarme con un rugido.
- ¿Tienes hambre?- pregunto tiernamente.
- Si, mucha- dije apretando mi vientre para exagerar dramáticamente y ambos reímos.
- ¿Qué quieres comer? Lo que más te guste lo hago para ti- dijo y me sonrió.
- ¿Huevos fritos?- pregunté, Diego asintió, me besó sonriente y desapareció de la habitación.
Yo aproveché para ir al baño ducharme y bajar para almorzar con mi familia
Mientras me duchaba no paraba de pensar como sería todo si volviera a casa, a estudiar y cómo sería si volviera con mi nueva familia ¿Diego se haría pasar por hijo de Facundo y Cloe? ¿Ya estaría Daiane con nosotros? ¿Serían Daiane y Facundo los padres de Cloe y Diego? Tantas dudas sin responder, aunque hay una pregunta que hace mucho tiempo ronda por mi mente y creo que en algún momento debo buscar la respuesta: si yo volviera ¿Ellos volverían conmigo?
Distraída me olvidé del tiempo- de nuevo- estaba a gusto perdida en mis pensamientos.
- Arianna ¿Estas bien?- preguntó Cloe desde mi cuarto, creo que se me pasó demasiado el tiempo.
- Si ¿Por qué preguntas?- contesté curiosa.
- Es que ya pasó una hora y Diego y Facundo se preocuparon, entonces me pidieron que viniera- explicó- También que te preguntara si quieres almorzar aquí o abajo.
- En un momento bajo- dije sin esfuerzo, porque sabía que me escucharía igual.
- Avísame si necesitas algo- se ofreció amablemente.
- Gracias.
Cloe se fue, yo terminé rápidamente de ducharme para ir a almorzar.
Iba a elegir mi ropa pero en realidad aunque me encanta la moda elegí mis clásicos jeans viejos, una blusa sencilla y unos botines que traje de mi casa.
Bajé las escaleras corriendo con miedo de volver a desmayarme y fui a la cocina, pero, no estaban, en el comedor tampoco aunque en la mesada de la cocina descubrí una nota escrita con la letra de Diego:
“Te esperamos en el Jardín”
Con esta nota recordé que desde que llegué a esta casa, jamás vi el jardín, recuerdo su ubicación porque el día que llegamos Diego me indicó dónde era por si quería ir a conocerlo por mí misma. Una intriga y una curiosidad comenzaron a invadirme, la casa era tan hermosa que supongo que el jardín no será la excepción.
Por lo que Diego me había dicho cuando me mostró la casa el jardín era el lugar favorito de María Ignacia, su verdadera madre, ella siempre cuidó ese jardín y el hace lo mismo.
Me dirigí sin pensar a la puerta trasera de la cocina ansiosa por conocer el jardín de la casa. Fue fácil encontrar la puerta porque resaltaba en toda la habitación, la abrí ansiosa y quede pasmada al ver el hermoso jardín de María Ignacia.
Era amplio, cada detalle estaba en perfecto estado, podía reconocer rosas rojas, blancas, amarillas y rosadas, también habían azaleas, jazmín, claveles, lirios, de todo, ese jardín tenía de todo.
Recorriendo el jardín atónita, mi mirada quedó fija en el centro del jardín, una mesa sumamente antigua pero perfectamente conservada, allí estaban esperándome con el almuerzo. Por primera vez pude ver lo que Facundo me había contado del sol y la sangre, él y Diego estaban como siempre mientras que Cloe con su brillo que aunque no era tan fuerte era lo suficientemente notorio como para impedirle salir en público mientras el sol esté iluminando todos los rincones.
- Wow- lo único que mis labios pudieron gesticular.
- Gracias- dijo Diego y me dedicó una sonrisa deslumbrante, mi estómago me volvió a traicionar- Ven, siéntate con nosotros- dijo, en ese momento me sentí extraña, sentí que algo raro sucedía o iba a suceder. Igual me senté, al ver los huevos el hambre me ganó e involuntariamente comencé a comer.
Facundo se aclaró la garganta.
- Tenemos que hablar- dijo serio, mi presentimiento era certero- Es sobre tu don, nos tiene preocupados.
- ¿A qué se refieren?- pregunté confundida.
- A que en dos días tuviste dos visiones- dijo Diego, al escucharlo miré a Facundo que estaba sentado en frente de mí y avergonzada agaché la cabeza y seguí comiendo aunque fue complicado pues se me había formado un nudo en la garganta.
- Estuvimos hablando- intervino Cloe- Y creemos que o mejor es analizar como te sentías y qué pensabas cuando tuviste las visiones para tratar de moldear el don.
- Se refieren a – mi tenedor se cayó, pero Diego que estaba a mi lado lo agarró en el aire y me lo devolvió- ¿Controlar mi don para tener visiones cuando quiera?
- Si algo así- explicó Diego.
En ese momento estaba abrumada, había dejado de comer por miedo a que me cayera mal la comida, estaba recorriendo con mi dedo índice los detalles que tenía la mesa y de nuevo una imagen apareció en mi mente.
No era una visión futura, estaba en el mismo jardín, aunque faltaban algunas flores y Diego no estaba ¿O sí? No, no estaba, pero había una pareja, la muchacha era rubia, hermosa, angelical y estaba embarazada, el muchacho que la acompañaba era guapo, con pelo negro de un tono que hasta ahora solo había visto a una persona que lo tuviera. Ambos tenían ojos azules y unos veinte años. Reconozco alguna de las facciones del muchacho en una persona en particular: Diego.
Ellos deben ser sus padres Diego IV y María Ignacia. Estaba viendo el momento exacto en el que colocaban la mesa en la que yo estoy sentada. María Ignacia y Diego IV eran muy tiernos, veo que él la abraza y la besa mientras ella sonríe feliz, me recuerdan a Diego y yo. La imagen se desvaneció, lentamente pestañeé y abrí mis ojos. Diego, Cloe y Facundo me miraban fijamente preocupados y curiosos pero sobretodo preocupados.
- ¿Otra visión?- preguntó Cloe.
- No exactamente- contesté y Diego y Facundo se preocuparon más aún.
- A que no fue una visión del futuro, fue del pasado- ahora sí estaban los tres preocupados.
- ¿Hablas de precognición?- preguntó Facundo.
- Si, creo que fue al tocar la mesa, porque ví el momento exacto en el que la colocaban en este jardín- expliqué- Diego- dije para llamar su atención, él me miró a los ojos preocupado- Ví a tus padres, conocí a tu madre.
- ¿La viste? ¿Viste como era?- preguntó sorprendido y curioso.
- Si, rubia, angelical extremadamente hermosa y estaba embarazada- dije acariciando su mejilla- También ví a tu padre- dije con cuidado pero Diego no cambió su expresión- Ambos estaban felices, tu padre la abrazaba y la besaba, ella se ruborizaba y sonreía. Yo sé que tú lo odias porque siempre te trató mal y te entiendo porque yo en tu lugar sería igual, pero aunque estuvo mal de su parte, ahora sé sus razones.
- ¿Cuáles?- preguntó con tranquilidad, me alegra que no lo haya afectado.
- Tu madre murió al darte a luz ¿Verdad?- pregunté cautelosa, él asintió- Mi teoría es que él no te quería porque te culpaba de arrebatarle al amor de su vida, te culpaba de la muerte de tu madre y luego sintió que le quitaste a Julieta también, aunque eso no lo justifica.
- Puede que tengas razón- dijo pensativo.
- Retomando lo que estábamos hablando- dijo Facundo- Este tipo de cosas nos preocupan, creemos que lo mejor sería entrenarte, para que lo domines o al menos sepas cuando vas a tener una visión para no correr riesgo de exponerte. Sólo si tú estás de acuerdo- se notaba que estaban preocupados y más ahora que mi don es doble.
- En todos mis años jamás había oído de una humana que tuviera dos sones funcionando- dijo Cloe pensativa- Es extraño.
- No es extraño- me defendió Diego- Es único, como tú- dijo mirándome a los ojos y besó tiernamente mi mejilla de la misma forma que su padre besó a María Ignacia en mi visión.
- Si quiero que me entrenen- pedí feliz.
- Es un honor para nosotros- dijo Facundo en representación de los tres- Ah otra cosa, no queremos que te atrases con tus estudios, así que se nos ocurrió la idea de enseñarte las asignaturas que te tocarían aprender este año ¿Qué dices?- preguntó.
- Solo una cosa ¿Cuándo empezamos?- pregunté animada y ansiosa.
- Ahora mismo- dijeron y reímos...
Aquí les dejo lo prometido: el capítulo 10, espero que les guste y dejen sus comentarios :) de verdad me importa su opinión.
ResponderEliminarBeesos Zoe.